viernes, 29 de marzo de 2013

¿Para qué necesitábamos un ejército y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado? 4ª parte


Por: Luis Lucia Ubango

Desde los inicios de los años 80, los mismos que protagonizaban episodios de saqueo y agresiones en el país durante los 70, también para tener el estomago lleno hacían acto de presencia en los almacenes del SEAN (Servicio Escolar de Alimentación y Nutrición) a pillar cajas de aceite, sardinas, sacos de arroz y harina. Alimentos que estaban destinados para todos los escolares guineanos sin distinción de clases sociales. Al pescador que regresaba a su casa con unos pocos kilos de pescado para su consumo privado, retenerlo para pedirle la licencia como el mejor pretexto para quitarle su pescado. De aquella manera manifiestamente hostil y con un tono de voz irrespetuoso, era como si dijeran a la gente-"vais a vivir peor para que nosotros vivamos mejor"-. A la tienda del europeo también se plantaban a pedir productos a cambio de protección... Extendían sus atropellos y atrocidades por todo el territorio nacional. ¿Donde están los oficiales decentes de este país? ¿Que' pasos están dando para acabar con tantas injusticias?, para garantizar que en Guinea se pueda vivir con seguridad y estabilidad. Las oleadas de brutalidad destructiva residen en el deseo del clan Mongomo de quedarse para siempre con el pastel que heredo' Macías. ¿La crueldad de esta gente es cuestión de natura o algo provocado por sus dificultades de vivir en sociedad?

En 1982 Teodoro creo' un falso Gobierno civil, surgido de "la Carta de Akonibe", una nueva constitución que debía garantizar la convivencia pacífica entre militares, ciudadanos y las autoridades civiles. Con un parlamento que otorgaba el poder a la sociedad civil. Sin embargo, los dirigentes civiles siempre han estado controlados fuertemente por el ejército. El jefe de las Fuerzas Armadas jamás ha dejado que nadie se mueva sin su consentimiento. Después de años de intransigencia admitió que el proceso electoral tuviera cabida en el país, aceptando cierto número de partidos de la oposición. Pero cuando le vio las orejas al lobo, la posibilidad de caer derrotado en los comicios presidenciales, tras el revés sufrido por el PDGE en las municipales de 1995, entonces tomo' sus medidas y precauciones para asegurarse sus aplastantes victorias con los 99,9% de los votos. Lo conseguía extorsionando a la gente para que lo voten siempre, prohibiendo la entrada a observadores internacionales y a periodistas extranjeros... Y militares y policías en los colegios electorales imponiendo el sentido del voto. La gente no suele querer ir a votar porque da por hecho, que antes de las elecciones ya se sabe el resultado.

El régimen a menudo crea mecanismos para obligar a los ciudadanos a votar al mismo de siempre, mediante amenazas o cedulas. Todo el que acude a las urnas se le extiende un documento, que servirá para presentar en cualquier trámite administrativo. Si no lo enseñas te quedas sin poder renovar el pasaporte o DNI, sin poder viajar a ningún rincón del territorio nacional, etc. Este es el falso Gobierno civil que rige los destinos del país, totalmente secuestrado por la voluntad del jefe de las Fuerzas Armadas; que designa a los ministros claves del mismo igual que elige a los representantes del parlamento.

En Guinea todavía no se dan las condiciones mínimas para realizar unas elecciones democráticas. Este país debe ser lo que los guineanos quieren que sea, no lo que la banda de bandoleros del clan M quieren. Obiang tiene pavor a su propio pueblo, sabe que el día que libremente deje que hable, lo mandaran a su antigua chabola de Akoakam-Esangui, donde nació y creció con sus padres. Por eso para sentirse mejor consigo mismo, trató de borrar el recuerdo de aquella infancia, transformando su paupérrima aldea en el más moderno rincón de Guinea. ¿Para esto necesitábamos un ejército y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado?

Luis Lucia Ubando

Analista Social