martes, 19 de noviembre de 2013

Coherencia de la acción política de Etombbae-a Ndowéÿé ― Partido del Pueblo Ndowé con su objetivo.

Por Upinda u-a Mbwaÿa-Embònda, Ginebra | 7 de Noviembre de 2012
 
Son muchos los políticos, expertos en la política fang o creadores de opinión sobre Guinea Ecuatorial,  generalmente  fang,  que  levantaron el grito al cielo cuando Etombba e-a Ndowéÿé-Partido del Pueblo Ndowe irrumpió en el escenario político guineoecuatoriano, con un discurso totalmente diferente del que estaban acostumbrados a escuchar.

Esta extrañeza tiene una explicación: Estos señores se movían en un  escenario  donde  prácticamente monologaban entre ellos mismos  con  una  participación prácticamente residual de algún no-fang.  Consecuentemente  a esta nefasta situación estos «dueños» de la opinión sobre Guinea Ecuatorial creyeron que todas sus afirmaciones eran verdades irrefutables. Por ejemplo, “para ellos la  inteligencia  política  de  los Ndowe se mantendría «dormida» ad vitam aeternam como desde la independencia cuando se les envió al limbo.”
La viva reacción que demostraron les delató inmediatamente; y sirvió a los responsables políticos ndowé para «ver» de qué pie cojeaba cada uno de ellos. Ellos mismos se definieron o retrataron. Esta reacción dejaba en evidencia la divergencia que existía entre sus objetivos y los objetivos que reclamaba con toda la legitimidad del mundo el Pueblo Ndowé
Los Ndowé creemos que es importante definirse y tener claro lo que significa esta definición y sus consecuencias. Es evidente que esta premisa esencial condiciona totalmente los objetivos de cada parte.
Si un político guineoecuatoriano, independientemente de su etnia, opta por hacer oposición al dictador  está  claro  que  coincide  en casi todas las cosas con este, excepto  en  la  forma  de  gobernar. Por lo tanto quedaba retratado: El escenario  actual  era  el  idóneo para él, excepto que la dirección del gobierno era lo que había que cambiar.
Es poco serio considerar que la estructura  sobre  la  que  se  ha construido esta Guinea Ecuatorial de corte fang es la que conviene a todas y cada una de las etnias que componen su población real. Pero aquellos políticos que optan por hacer oposición al dictador no lo pueden ver dado que tienen la vista puesta en las «pistas» elaboradas, construidas o seguidas por el viejo dictador fang Obiang Nguema. Y esto es así porque a estos políticos les gustaría ocupar su  puesto  con  la  intención  de hacer lo mismo que él ha hecho; es decir volver a reeditar un sistema clánico-tribal-étnico similar al que estamos sufriendo actualmente.
Es poco inteligente pensar que la caída de Obiang Nguema y su clan supondrán  el  bienestar  inmediato de los habitantes de Guinea Ecuatorial; hay que ser necio para creer en tal posibilidad.
En lugar de analizar la realidad guineoecuatoriana  partiendo desde la base, son muchos los que obvian lo que quieren de la historia real y solo ven el petróleo que significa una lluvia de millones de dólares que caería en sus manos si  son  elegidos  presidente.  Es más, recalcan a quien quiera escucharles que se debe exigir todo el dinero robado a los del clan actual en el poder; pero se callan la parte final de su  pensamiento: «…Para  que  yo  me  lo  cepille  si  soy presidente.»
Porque una de las premisas sobre la que descansa el análisis político de Etombba e-a Ndowéÿé-Partido del Pueblo Ndowe es que  «el Estado de Guinea Ecuatorial se sostiene sobre una estructura que ignora nuestros derechos humanos y no niega nuestros derechos  económicos  y  sociales», es imposible que nos dediquemos a hacer oposición. Y la razón es evidente; lo hemos dicho y lo reiteramos una vez más:
- Si pretendemos salvar Guinea Ecuatorial,  es  necesaria  la sentada  de  los  Pueblos  para aclarar las bases sobre las que vamos  a  funcionar  entre todos; procurando dejar claramente establecidas las nuevas  normas  de  obligado cumplimiento por las partes.
- Si la opción anterior no es viable,  los  Ndowe  preferimos salir  de  este  estúpido  juego que  nos  ha  aportado  solamente sangre, lágrimas y miseria.
Ya no estamos por la labor de firmar cheques en blanco para que después lo tengamos que pagar caro, con nuestra sangre