lunes, 18 de junio de 2012

Guinea Ecuatorial: superministerio de propaganda

ASOCIACIÓN PARA LA LIBERTAD DE PRENSA

Y DE EXPRESIÓN EN GUINEA ECUATORIAL

ASOLPEGE_Libre

JUNIO | 2012
PRESSE-DÉNONCE
Versión en español
-DENUNCIA-
El nuevo gobierno de desgobierno nombrado por el tirano a finales de mayo del presente año consagra cuatro miembros al ministerio de Información, muy vital para el régimen para adoctrinar a sus súbditos e impedir intentos de reivindicación de las libertades de expresión, prensa e información
Por la simple naturaleza de sus miembros, el narcisismo político seguirá siendo la línea informativa de la radiotelevisión pública.

El titular Agustín Nzé Nfumu, epígono de la tiranía y sus colaboradores más próximos, Teobaldo Nchaso Matomba y Federico Abaga Ondó son notorios violación de la libertad de prensa y de información.

Los medios públicos, representados por la radiotelevisión y algunos panfletos virtuales, no tienen independencia redaccional, carecen de ortodoxia profesional y no ofrecen opiniones libres, molestas ni contradictorias.
El superministerio de propaganda
La vuelta al ministerio de Información de Agustín Nzé Nfumu, notable epígono de la tiranía, evidencia la prescrita voluntad política del régimen de Teodoro Obiang de monopolizar los medios de comunicación sociales de titularidad, anclados eternamente en la propaganda ideológica y el narcisismo político. Los profesionales, todos funcionarios y militantes del partido oficial, son tratados con medidas draconianas cuando rayan, por error, la línea propagandística: expulsión, suspensión de sueldo y de empleo, hasta maltratos físicos y psicológicos.

¿Qué hacen cuatro miembros de Gobierno en un ministerio inoperante como el de Información, Radio y Televisión? En Guinea Ecuatorial no existe prensa independiente, libre y menos plural. La radiotelevisión, a la que todos van a controlar es una caja de propaganda oficialista, carente de profesionales cualificados, de independencia redaccional y de elementales medios técnicos-profesionales.

La saturación de miembros de Gobierno, altos funcionarios y demás jefecitos es para enredar y torpedear la apertura hacia una prensa libre e independiente.

Los cuatro hombres y sus subjefes, para hacer algo parecido a un trabajo, controlan cuidadosamente la propaganda oficial y lavado de imagen de un régimen putrefacto por su brutalidad política, corrupción política y económica, violación sistemática de los derechos humanos, de las libertades públicas y fundamentales.

En el centro de sus preocupaciones está el control de los raros periodistas extranjeros que logran entrar en el país, para impedir su labor, escandalizarlos y expulsarlos cuando sus crónicas reflejan el putrefacto estado de las cosas.

Guinea Ecuatorial es el único país de los seis que componen África Central que no tiene prensa independiente, libre y plural ni permite el libre ejercicio del periodismo. No hay corresponsales de prensa extranjera, tras haber vapuleado hace años al único que informaba para AFP y RFI, Rodrigo Angüe Nguema.

El colaborador de la emisora panafricana África Nº1, Samuel Obiang Mbana, es ahora la oveja negra y el blanco privilegiado de las autoridades del ministerio de Información, que no dudan en humillarlo cuando trata de desempeñar libremente su profesión.

La reproducción de un episodio registrado en torno a este periodista el 3 de mayo, Día mundial de la Libertad de Prensa, es un ejemplo elocuente sobre qué nivel de concepción de libertad de prensa tiene el régimen guineano y sus halcones del ministerio de Información:



¿De quién es este ‘paraíso’?

La policía investiga si los Obiang son dueños de un complejo en Lanzarote
José Maria Irujo-18.06.2012

¿Quién es el dueño de Sands Beach Resort, un precioso complejo hotelero y residencial en Costa Teguise (Lanzarote), un matrimonio ruso o a la familia Obiang que gobierna Guinea Ecuatorial? Esa es la pregunta que se hacen los policías que investigan desde hace años las empresas y cuentas en España del presidente ecuatoguineano, de sus familiares y ministros y que se han topado con una maraña de sociedades manejadas por dos presuntos testaferros entre las que brilla este luminoso paraíso con hotel, playa privada, piscinas con cascadas y apartamentos blancos como la nieve.

Los rusos Vladimir Kokorev, de 57 años, y Julia Kokoreva, de 59, manejan las sociedades que adquirieron numerosos apartamentos de Sands Beach Resort y se hicieron con la gestión de todo el complejo hotelero poco después de haber recibido cinco millones de dólares desde cuentas del Gobierno de Teodoro Obiang. El matrimonio colocó a uno de sus hijos al frente de la empresa.

Un informe de la policía enviado al juzgado de instrucción número 5 de Las Palmas, que investiga a los rusos por presunto blanqueo del clan Obiang, ha puesto la lupa sobre el complejo turístico y recoge las dudas sobre sus propietarios: “El hecho de que una cantidad similar [a la abonada por los apartamentos] haya sido recibida [por los Kokorev] del Gobierno de Guinea Ecuatorial siembra dudas sobre la verdadera titularidad de esta inversión”, afirma el documento reservado.

Sands Beach Resort es un remanso de paz en Lanzarote en el que descansan cada año miles de turistas, pero para otros que hace años disfrutaron de sus apartamentos en régimen de multipropiedad (time sharing) se ha convertido en un quebradero de cabeza. Un juzgado de la isla ha admitido una demanda de 600 antiguos propietarios, en su mayoría franceses y británicos, que compraron semanas de estancia a David Stirling, el anterior propietario, cuando el complejo se denominaba Lanzarote Beach Club.

Lo compró un ruso presunto testaferro del presidente de Guinea Ecuatorial
Reclaman siete millones de euros y aseguran que desde la venta en 2006 a los rusos se cambió el nombre por Sands Beach Resort y comenzaron a vender las 365 villas sin su consentimiento. La demanda asegura que Stirling, el antiguo dueño, vendió el complejo a los Kokorev por 18,5 millones de euros y aporta un supuesto contrato de compra, entre el vendedor con domicilio en Bahamas, y la sociedad panameña Trout Investment Corp, de la que los Kokorev eran apoderados. El contrato, en español e inglés, lleva la firma de Vladimir Kokorev.

Las pesquisas policiales ponen en duda que este matrimonio vinculado a familiares y ministros de los Obiang sean los auténticos dueños de esta sociedad. Los rusos manejan 26,4 millones de dólares que recibieron en una cuenta del BSCH en Las Palmas desde la Tesorería General de Guinea Ecuatorial. Desde sus cuentas en bancos españoles y manejando varias sociedades panameñas hicieron numerosos pagos a familiares y ministros de Obiang que están siendo investigados por el fiscal anticorrupción Luis del Rio y la juez Ana Isabel Vega.

La consultora norteamericana Ernst and Young representada por su ex socio en Las Palmas J. A. y varios de sus colaboradores intervino durante años en una compleja cadena de compras y ventas del complejo turístico británico a distintas sociedades en diversos paraísos fiscales hasta caer en manos de los rusos y su sociedad Sands Beach Resort S.L.

Recientes informes policiales y la demanda de los turistas coinciden en que este abogado participó también en la venta a los Kokorev. J. A. tuvo que abandonar Ernst and Young cuando la compañía descubrió que sus clientes eran investigados por el Banco de España y sus cuentas bloqueadas en la Caja Rural de Canarias. Su hermana M. A. es apoderada de Blue Profile una de las sociedades de los rusos, propietaria de la casa en la que reside el matrimonio. Una portavoz de la consultora ha declinado explicar su papel en esta venta y la relación que mantuvo con el matrimonio ruso. “No hacemos comentarios sobre ningún cliente. Es la norma de la compañía”, responde.

La demanda presentada por los turistas contra David Stirling, antiguo dueño del complejo hotelero, afirma que este “vendió dos veces el complejo, una a mis mandantes y otra a los actuales poseedores del mismo (los rusos) sin ningún tipo de escrúpulo, apoyándose en unas cláusulas contractuales totalmente abusivas y contrarias a derecho”. El letrado Mario Izquierdo, representante de los demandantes, asegura en su escrito que los Kokorev conocían los derechos de los turistas, aunque en su demanda no reclama que sean condenados.

El abogado de Sands Beach Resort asegura que la compra de los Kokorev es posterior a la venta de los decrechos que reclaman los 600 turistas. Una querella presentada por los afectados fue archivada en 2009 por la Audiencia Nacional. Ahora la demanda civil ha logrado el embargo preventivo de una casa de Stirling, el primer dueño, en Londres valorada en tres millones de libras, según fuentes judiciales.