viernes, 11 de febrero de 2011

Mubarak no renuncia; transfiere poder a vicepresidente de Egipto

EL CAIRO (AP) - Aunque sin renunciar y negándose a abandonar el país, el presidente egipcio Hosni Mubarak anunció el jueves que entregará el poder al vicepresidente Omar Suleiman y ordenó algunas enmiendas constitucionales.
AP Associated  Press

La medida significa que mantendrá su título de presidente y le asegura al régimen el control sobre el proceso de la reforma, lo que incumple las demandas de los manifestantes.

Los opositores al gobierno reunidos en la Plaza Tahrir, quienes esperaban que Mubarak anunciara su renuncia inmediata, observaron perplejos y en silencio el discurso. Cuando el presidente terminó sus palabras, algunos manifestantes estallaron en ira, otros lloraron y unos más agitaron en alto sus zapatos, gritando: "¡Márchate, márchate!".

Y el premio Nobel de la paz y principal activista prodemocrático en el país, Mohamed ElBaradei, pronosticó que "Egipto estallará", a raíz de la decisión ambigua de Mubarak.

ElBaradei exhortó incluso a los militares a intervenir.

"El Ejército debe salvar ahora al país", dijo ElBaradei en su cuenta de Twitter. "Convoco al Ejército egipcio a intervenir de inmediato para rescatar a Egipto. La credibilidad del Ejército está en juego".

La multitud en la Plaza Tahrir había aumentado a varios cientos de miles en espera de que Mubarak anunciara su renuncia.

Inmediatamente después del discurso de Mubarak Suleiman pidió a los manifestantes "regresar a casa" y a todos los egipcios que se unieran y miraran "hacia el futuro".

Ambos discursos surgieron tras varios acontecimientos importantes que habían aumentado las expectativas sobre la salida de Mubarak. Las fuerzas armadas anunciaron en la televisión estatal que su Consejo Supremo se encontraba en una sesión permanente y mostraron imágenes que sugerían que las fuerzas armadas tomarían el control, quizá para asegurar que Mubarak se retire.

Por su parte, el principal general para la zona de El Cairo dijo a los manifestantes en la plaza que todas sus demandas serían cumplidas y los civiles lo cargaron en hombros pues creían que esto significaba la renuncia del presidente.

En cambio, Mubarak se presentó al aire varias horas después en su discurso, de 15 minutos de duración, tras el cual dio la impresión de que poco había cambiado. Suleiman ya estaba a cargo de los esfuerzos para lidiar con la crisis, pero el anuncio le da la autoridad de manera formal.

"Me parece adecuado delegar los poderes y autoridad del presidente al vicepresidente como lo dicta la Constitución", dijo Mubarak casi al final de su mensaje. La Constitución permite al presidente transferir temporalmente los poderes si no puede realizar sus deberes, pero no implica su renuncia.

Mubarak dijo también que permanecerá en el país y que se mantiene firme en la intención de "cargar mi responsabilidad para proteger la Constitución y salvaguardar los intereses de la población (...) hasta que el poder sea entregado a aquellos electos en septiembre por la población en elecciones libres y justas en las que todas las garantías de transparencia sean aseguradas".

El presidente dijo que las exigencias de los manifestantes por la democracia son justas y legítimas, pero se apegó a un proyecto de reforma ideado por Suleiman. Los manifestantes han rechazado totalmente ese plan pues temen que lleve sólo a un cambio cosmético en el gobierno.

Agregó que solicitó la enmienda de cinco artículos constitucionales para flexibilizar las condiciones restrictivas sobre los candidatos a la presidencia, para restaurar la supervisión judicial de las elecciones y para imponer límites a los periodos presidenciales.

También anuló un artículo constitucional que le da al presidente el derecho a ordenar un juicio marcial para civiles acusados de terrorismo y dijo que esta medida facilitaría el camino para retirar una ley de emergencia que prácticamente le da a la policía poderes ilimitados para realizar arrestos, aunque aclaró que esto ocurriría una vez que la seguridad y la estabilidad se restauren.

La ley de emergencia se impuso cuando Mubarak llegó al poder en 1981.

Mubarak también prometió que castigará a las personas detrás de la violencia desatada en las últimas dos semanas y expresó sus condolencias a las familias de los muertos.

Tras el discurso algunos manifestantes se marcharon con lágrimas en los ojos, pero la mayoría de los congregados permanecieron en la plaza con la intención de acampar toda la noche.

"El discurso es una provocación", dijo Muhammed Abdul Rahman, de 26 años, un abogado que se unió a los manifestantes por primera vez el jueves. "Esto hará que la gente se una más y que se sumen en números mayores".

Antes de su discurso, Mubarak se reunió con Suleiman en el palacio, informó la televisión estatal egipcia.

En Washington, el director de la CIA dijo que existía una "fuerte probabilidad" de que Mubarak renunciara el jueves.

Estos sucesos se produjeron tras el fracaso de los esfuerzos de Suleiman por contener la crisis. En los últimos días estallaron huelgas obreras, revueltas de los empleados contra sus directores y marchas de obreros que se unieron a los manifestantes en la plaza Tahrir.