viernes, 6 de agosto de 2010

LA RESPONSABILIDAD DEL MUNDO OCCIDENTAL EN LA TRANSICION DEMOCRATICA EN GUINEA ECUATORIAL

En la Revista Liberal Matters de la Internacional Liberal con sede en Londres, en su edición correspondiente al mes de noviembre de 2008 aparece un artículo de don Martín-Endje Ngonde Maguga

El Partido Político "UNION DEMOCRATICA NACIONAL", (UDENA), en el exilio, llama la atención de la Comunidad Internacional y particularmente de los países con intereses en Guinea, cuya colaboración con el régimen puede traducirse en cómplices en la nula evolución sociopolítica del país, ya que su amparo al Presidente Teodoro Obiang y su partido PDGE refuerzan aún más la dictadura que lleva en el poder más absoluto desde el 3 de agosto de 1979 mediante un golpe de fuerza.


Desde entonces hasta hoy, no hay en el país ninguna seguridad jurídica. La correspondencia y los correos electrónicos son violados por los servicios del Estado, las detenciones arbitrarias realizadas por los militares formados por la etnia del Presidente Obiang están a la orden del día; los allanamientos de moradas sin autorización judicial es la norma; torturas en las dependencias policiales, múltiples barreras militares para ir de un poblado a otro o de una ciudad a otra donde reina el saqueo de dinero a la población.

Las fuerzas armadas compuestas únicamente por la etnia fang no ofrecen ninguna garantía para el respeto de los derechos humanos. Por eso su constitución, formación y perfeccionamiento resulta de la mayor importancia que su composición tienda al mayor equilibrio de representación de los diferentes pueblos, a fin de contrarrestar obligadas mayorías que hacen imposible el gobierno de Guinea Ecuatorial, ahuyentando de esta forma la tentación de monopolios funestos.

El clima de amenazas, intimidaciones, detenciones por los militares, encarcelamientos sin juicios y confinamientos constituye la actividad cotidiana de los agentes del régimen. No hay una tutela efectiva de los derechos humanos, especialmente la libertad de expresión y de opinión; por eso, UDENA en el exilio, considera que mientras en Guinea Ecuatorial no prevalezcan los derechos humanos, cualquier discurso o manifestación del Presidente y su gobierno acerca de una apertura democrática no es más que una simple expresión retórica. Por eso, establecer los derechos humanos debería constituir el primer objetivo en el programa del gobierno. De esta forma, no solo favorecería la democracia política, sino también la democracia social, porque un auténtico pluralismo conllevaría a estimular el bienestar del país y el mejor reparto de la riqueza nacional.

No hay un diálogo y pacto par alcanzar soluciones concretas a los conflictos de intereses, y en consecuencia, no hay libertad de asociación laboral y patronal, la regulación del derecho de huelga, al no existir la libertad sindical, requisitos indispensables para alcanzar un pacto social.

La condición de la mujer da pena. No corresponde a los principios universales de toda sociedad democrática. Las violaciones a menores, sin protección alguna, están a la orden del día.

No existe separación de poderes. El poder ejecutivo, el judicial y el legislativo están sometidos al poder del Presidente Teodoro Obiang

Guinea Ecuatorial es quizá el único país del mundo donde no hay prensa libre por prohibición y libertad de expresión, reunión y asociación. Siguen habiendo presos de conciencia y opinión en las cárceles de Malabo, Bata y Evinayong.

Las doctrinas étnicas que otros tiempos sembraron de muerte las regiones como los Balcanes llegan ahora a Guinea con la etnia fang apoyado por el Presidente y su régimen que vislumbra un conflicto con los demás pueblos: ndowe (pobladores de la zona costera continental), bubis (isla de Bioco) y annoboneses (isla de Annobón), bujebas y fernandinos o criollos.

Por eso invito al mundo Occidental que actúe en términos de prevención e incite al régimen de Guinea a garantizar la protección de los derechos humanos e iniciar una verdadera transición democrática que incluya el reconocimiento de los derechos históricos de los diferentes pueblos de Guinea Ecuatorial que augure un futuro democrático pacífico.

Es de deplorar la actuación del mundo Occidental y con él las organizaciones internacionales que sólo intervienen cuando los conflictos se han desencadenados en vez de intervenir para evitarlos, preventivamente, que se produzcan.

La Comunidad Internacional no ha hecho nada para que los derechos humanos se implanten en Guinea Ecuatorial. Una prueba evidente de ello fue la celebración de la 61ª Comisión sobre Derechos Humanos de la O.N.O. que reunido en Ginebra en el 2005, el Gobierno español no presentó la más mínima queja ni objeción a la actuación de Teodoro Obiang Nguema. Es más España trató de boicotear que personas particulares presentasen informes que pudieran molestar al dictador guineano. En la votación se admitió que solo lo hicieran las naciones. España se abstuvo.

Espero y deseo que los guineanos encontremos algún día la libertad que merecemos y podamos disfrutar de las riquezas que albergan nuestras ricas aguas y tierras sin revolucionar ningún compromiso adquirido. A la vez que busquemos en las "fosas comunes" los cadáveres de familiares y amigos.

Con el reparto de Africa a tiralíneas por las potencias europeas los conceptos de nación y estado nacieron muertos en el contexto étnico, político y cultural de la realidad africana. Como consecuencia de ello, hoy conviven en un mismo país etnias o pueblos de diferentes matices culturales y que siempre tuvieron conflictos.

La arbitrariedad de dicho reparto ha originado consecuencias desastrosas para Africa post­independencia. A modo de ejemplo podemos citar la guerra de Biafra, Ruanda, etc. Y en este aspecto desgraciadamente Guinea Ecuatorial es un foco latente de conflicto interétnico entre los fang y los bubis, ndowe, bujebas , annoboneses y criollos, en defensa de sus respectivos territorios.

Consciente de la transcendencia histórica que reviste el papel y la responsabilidad de los Estados Unidos de América en el nuevo orden internacional, como gante del sistema democrático en el mundo, que no mire solo Zimbabwe porque en Guinea Ecuatorial también se necesita asegurar el desarrollo del sistema democrático y desactivar el foco latente de conflictos entre etnias o sus pueblos regionales.

Una sociedad como la de Guinea que no respeta los valores humanos de la dignidad de la persona y de la vida humana, esta abocada a una creciente agresividad y también a una progresiva deshumanización.

No quiero terminar sin hacer mención de algunas palabras del Senador Joseph Biden, como liberal, candidato a la Vicepresidencia de los EEUU por el partido demócrata, escritas en 2006 contra la política hacia Guinea Ecuatorial de la Administración Bush:

" El gobierno de Guinea Ecuatorial muestra un lamentable record en la que hace a los derechos humanos, la democracia y la transferencia. De acuerdo con el Informe sobre derechos humanos de este país en el presente año: "los datos sobre cumplimiento de los derechos humanos por parte del gobierno siguen siendo escasos y continúa cometiendo y tolerándose importantes abusos", que incluyen la tortura por parte de las fuerzas de seguridad, la negación a los ciudadanos del derecho de cambiar de gobierno, la corrupción judicial y gubernamental y serias restricciones a la libertad de prensa.

El presidente Obiang, que asumió el poder en Guinea Ecuatorial en 1979 por medio de un golpe de estado, nunca ha favorecido la libertad, ni alentado la realización de elecciones justas y libres…"

Martin-Endje Ngonde Maguga

Vicepresidente de la Internacional Liberal.

Presidente de "Unión Democrática Nacional", (UDENA), en el exilio.

Abogado.

enviado por Vilangwa